Paso a paso para la Vuelta al Cole (y al trabajo) - GUÍA

Septiembre es un mes increíble, en el que salimos de verano y entramos en otoño, en el que los niños vuelven al cole, en el que dejamos las vacaciones, la playa y la montaña atrás para enfocar el nuevo año porque, no nos engañemos, el año empieza en septiembre y todo el mundo lo sabe. Para todos estos cambios nuestro organismo necesita un pequeño periodo de adaptación, que ya suele hacer cada vez que hay algún cambio en nuestras vidas, y es nuestro derecho ayudar a que ese proceso de adaptación sea lo más leve y llevadero posible, si lo que queremos es vivir más tiempo y con mejor salud, claro está.

Seguramente te estarás haciendo esta pregunta y esta no sería una Guía si no lo explicáramos todo. Y explicarlo todo hace que tengamos que hablar de los más pequeños y de los adultos, como no, ya que todo el mundo se ve afectado por los cambios a lo largo del año. Pero no es sólo una guía para niñ@s y padres/madres, lo explicado en esta guía sirve para todo el mundo. Tengan o no familia. Si no tienes hijos también es para ti, la sección adultos está enfocada a una persona adulta con responsabilidades del tipo que sea. Es cierto que te pondré ejemplos con niños, con familia, con el estrés que eso supone, pero sirve en todos los casos, ya lo verás. Sigue leyendo.

¿Habías oído hablar del estrés post-vacacional? Sí, sí, eso que sucede cuando se han acabado las vacaciones y tienes que adaptarte al frenético ritmo del trabajo de nuevo.

En esta guía vamos a preparar a los más peques para que los cambios que se avecinan no sean duros impactos de cambios sin remedio y lo vamos a hacer por semanas. Durante la primera semana vamos a desintoxicar el organismo de los excesos de verano; en la segunda semana vamos a preparar sus cerebros para aceptar toda la nueva información de las materias del nuevo curso; durante la tercera semana vamos a potenciar la adaptabilidad y la respuesta al estrés y, por último, durante la cuarta semana vamos a empezar a trabajar con sus sistemas inmunitarios, se acerca el otoño, el frío y las enfermedades, catarros, gripes, resfriados y, como no, el temido COVID-19.

Vas a depurar porque te has pasado durante el verano, vas a perder ese par de quilitos que has ganado con el sólo hecho de depurar tu organismo. Vas a trabajar la función cognitiva y el estrés al mismo tiempo, y eso es porque tú eres quien va a dar más de sí durante este duro Septiembre y no queremos que pagues las consecuencias de haber hecho las cosas mal, ni historias con el estrés, ni con el azúcar, ni queremos que caigas en otoño porque no te cuidaste en Septiembre. Y, por último, vamos a empezar a trabajar tu sistema inmunitario para preparar la llegada del frío.

En esta primera semana de septiembre nos vamos a centrar en limpiar y desintoxicar. Se trata de una fase determinante en esta época por los beneficios que aporta, ya no sólo en septiembre sino a largo plazo. Son tantos los beneficios que no los puedo listar todos, pero sí los más importantes para que lo tengas en cuenta:

• Mejores digestiones
• Menos gases
• Menos acidez
• Mejora cognitiva
• Mejor humor
• Pérdida de peso
• Retención de líquidos
• Mejora en el sueño
• Ansiedad o angustia
• Y miles de funciones internas que se verán mejoradas por el hecho de descongestionar tus órganos emuntorios como hígado, riñón, intestinos…

Niños:Esta sección de la primera semana de septiembre se la dedicaremos a los peques, a qué es lo que tienen que hacer, que no tiene ningún secreto y está totalmente justificado. Y se trata de hacer un poco de depuración del organismo. Las plantas depurativas tienen funciones depurativas de ciertos órganos, lo que quiere decir que liberan de toxinas los tejidos, especialmente hígado y riñón. Esas plantas ayudan a descongestionar y desinflamar esos órganos que hacen de filtros naturales para el organismo y ayudan a eliminar las toxinas que se han quedado enganchadas en los tejidos mientras les hemos dejado hacer excesos durante el verano. Además, las plantas amargas que ayudan a desintoxicar el organismo también actúan de reflejo en el sistema digestivo mejorando las digestiones, gases y flatulencias, acidez y ardor o hinchazón abdominal.

Diferenciamos tanto producto como dosis dependiendo de la edad de los niños. Si son muy pequeños, rollo menos de tres años, no les vamos a dar nada. No hay necesidad y sus cuerpecitos son capaces de gestionar, (y deben), las toxinas que van entrando para poder madurar sus organismos. A partir de los tres años, que aún no son capaces de tragar cápsulas o comprimidos, les daremos una fórmula líquida, en dosis muy bajas, una vez al día. Les ayudaremos a eliminar toxinas acumuladas a la vez que les ayudamos a madurar el sistema digestivo, que es el que más energía gasta en nuestros cuerpos.

A partir de los seis años, que ya son capaces de tragar cápsulas y comprimidos, les daremos una dosis baja, con un buen vaso de agua y deberíamos asegurarnos que beben al menos 1 litro de agua al día, mientras estén tomando el depurativo. Recuerda que un depurativo no volatiliza las toxinas. Las arranca de los tejidos y las lleva a la sangre. Somos nosotros los que, con el agua que bebemos, provocamos la diuresis y eliminamos todo ello con la orina. Pero para que eso se dé, debemos beber suficiente agua. Con un litro para ellos será suficiente. (Recuerda 5 vasos de agua = 1 litro).

A los adolescentes les daremos una dosis de adulto. Sus organismos ya están preparados para afrontar principios activos más potentes y, de hecho, es mejor que así sea. Es precisamente en esa edad que sus organismos tienen una altísima capacidad de adaptabilidad.

Adultos:A los adultos os vamos a ir con todo, tenéis que hacer una buena depuración por el solo hecho de que lleváis mucho más tiempo acumulando toxinas que los más pequeños. En vuestro caso un depurativo líquido o en cápsula/comprimido, con plantas detoxificantes y antioxidantes durante un mes y siguiendo la fórmula del agua (ver más arriba) será lo ideal. Y esto, recordad, deberéis hacerlo cada otoño y cada primavera, no olvidéis limpiar vuestros filtros y los de los vuestros.

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Para los niños la adaptación es mucho más sencilla debido a la hormona de crecimiento que está totalmente activa en ellos. Aun así, les falta madurar y nosotros les vamos a ayudar a que el tránsito entre el verano y la vuelta al cole. Y no sólo por horarios o nuevos encuentros con sus compañeros. Empiezan a estudiar y sus cerebros deben ponerse en modo aprendizaje, y eso también requiere de adaptación.

Niños:  A estos pequeños, de nuevo, de seis años para abajo no les daremos nada. No tienen estrés a no ser que se lo estemos provocando con la alimentación: demasiados azúcares, harinas refinadas, lactosa en exceso, alimentos desnaturalizados o con potenciadores de sabor u otros aditivos sintéticos y químicos o poli medicándolos cuando no es necesario. Si no es así, ellos son muy felices y lo único que necesitan además de la buena alimentación es que los abraces mucho.

A los mayores de seis añosy dependiendo de algunas variables que estaría bien identificar, podemos ayudarles con algunas plantas. Tanto si tragan cápsulas como si no lo hacen, hay maneras de que les lleguen los nutrientes que necesitan y los principios activos que ayudarán a mejorar su rendimiento y adaptabilidad durante las semanas venideras. Debemos tener en cuenta que empezamos una semana antes para tener resultados durante el proceso. A ellos les podemos ayudar con plantas como la maca, la ashwagandha, el ginseng (el bueno, que es adaptógeno y no pone nervioso), la rhodiola, el astrágalo… puede ser en polvo en el desayuno, en cápsula o comprimido o incluso en infusión. Aunque yo soy partidario de normalizar la ingesta de cápsulas por si en algún momento tenemos necesidad real de que tengan que tomarlas, que no se encuentren con ningún problema. Además, la cápsula es de origen vegetal (una celulosa que aguanta hasta deshacerse en el intestino) y puede contener una cantidad mayor de principios activos.

Otra de las cosas a tener en cuenta es que no es lo mismo hacer tercero de primaria que primero de bachillerato. Así que la dosis también deberá variar de unos a otros. Tampoco es lo mismo un niño que potencia la sociabilidad y los juegos por encima de lo estrictamente académico (vamos que juega más que presta atención) que otro que se toma muy en serio las notas y que recibe una autocomplacencia cuando tiene buenas notas.

No me cansaré de decir que cada caso es un mundo y que la habilidad de un terapeuta reside precisamente en saber distinguir las necesidades de cada individuo, independientemente de todo: edad, sexo, condición de cualquier tipo, religión, creencias, etc. Así que será importante que hables con tu terapeuta de confianza para determinar qué producto y qué dosis es la más adecuada para tu hij@.

¿Estás hablando de estrés? ¿En serio? ¿¿Qué tienes para miii??

Voy, voy… No me olvido de ti, que eres quien más sufre de ello. Para los adultos, y especialmente a partir de los treinta y cinco años, (que es cuando la hormona del crecimiento te dice bye-bye), las plantas adaptógenas son maravillosas y nos hacen superhombres o supermujeres. Son plantas maravillosas que van a ayudarte a gestionar el exceso de cortisol que liberarás durante estas semanas de estrés. Como ya he dicho muchas veces, el cortisol nos ayuda a hacer frente a situaciones excepcionales en las que nuestro organismo requiere de una rápida adaptación.

En todo caso, en adultos, el estrés es la enfermedad silenciosa y el precursor de muchas enfermedades, así que debemos valorar seriamente tenerlo controlado durante todo el año, durante toda la vida. La vuelta al cole es un momento en que el estrés de quien se ocupa de todo se eleva por sí sólo, no sólo por el proceso de adaptación del verano al otoño y a la vuelta al cole, sino por todo el trabajo extra que se añade al que de por sí ya tenemos: la casa, la cocina, el trabajo, la familia, etc. Ya sabes de qué hablo.

Los productos adaptógenos son especialmente útiles y permiten tener niveles elevados de cortisol, es decir, nos permite hacer frente a esas circunstancias extras, sin sufrir las consecuencias perniciosas que provocaría. ¡Son plantas que nos transforman en supermujeres y superhombres! Así que es bien depender un poco de sus bondades, especialmente en ciertos momentos del año, como es la vuelta al cole. El tratamiento en un adulto se alarga de dos meses a dos meses y medio. No dejes de consultar a tu terapeuta.

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La actividad cognitiva está cien por cien relacionada con la vuelta al cole. En realidad, ¿Qué actividad no está cien por cien relacionada con las funciones cerebrales? Ya sean nerviosas, motoras, de retención o concentración, de agudeza, de evacuación… todo está relacionado con nuestro centro cerebral, de donde salen todas las órdenes a nuestro organismo, del tipo que sean. 

¿Qué te parecería tener una capacidad más elevada? ¿Crees que no tienes memoria, que no recuerdas las cosas o que tu cerebro no funciona como el de los demás? En realidad eso no es cierto. Tan solo sucede una cosa, no le estás dandoel combustible adecuado. Como todo nuestro organismo, cada órgano requiere de unos nutrientes muy específicos. Por ejemplo, un deportista requerirá de carbohidratos para poder fabricar adecuadamente energía para hacer deporte o aminoácidos para la recuperación muscular, ¿cierto?

Niños: Los peques son los que más van a agradecer esta mejora. No solo por las notas que puedan sacar y la satisfacción inmediata que puedan sentir. Lo más importante en la edad de los peques es que se sientan seguros, que entiendan las cosas y sobretodo, sobretodo, que no se frustren o sientan que no entienden las cosas. Eso les puede hacer perder seguridad en sí mismo y les puede llevar a coger un rol que no es el más adecuado. En mi caso, a mis hijos, durante todo otoño e invierno, les suplementamos con un multinutriente y con ácidos grasos poliinsaturados, como mínimo. Les potenciamos, cuando es necesario, sus capacidades, como por ejemplo, plantas adaptógenas en épocas de exámenes o fosfolípidos al empezar cada trimestre.

Realmente podemos potenciar esas cualidades en ellos, lo único que te hace falta es saber cómo y para eso estamos los naturópatas. Y para eso está ésta guía.

De nuevo, y a no ser que exista una necesidad especial, como en casos de TDAH o algún otro tipo de limitación, no daremos nada antes de los seis años, ya que en esa edad están superactivos y funcionan por sí solos. A partir de los seis años podemos empezar a valorar echarles un cable. Cada principio de trimestre podemos darles fosfolípidos en sobre o en cápsula, además de acostumbrarlos a usar omega 3, (la dieta suele ser muy deficiente en este nutriente y es esencial y extremadamente necesario para el crecimiento de los pequeños). En épocas de exámenes podemos ayudarles con plantas adaptógenas (ver 2ª semana de septiembre). Luego están los niños y niñas que hacen actividades extraescolares, como jazz, fútbol, taekwondo o vóley o lo que sea. Esos niños gastan más energía aún que los que no hacen actividades. A ell@s se les puede ayudar con un multinutriente, ya que tienen un desgaste de nutrientes mayor. En fin, que pueden hacer muchas cosas para mejorar el rendimiento intelectual, pero es importante saber cuándo hacerlo. No dudes en preguntarnos.

Adultos: Los adultos quizás tengan una necesidad más amplia de potenciar su actividad cognitiva ya que la degeneración y muerte celular, sumado a la no reparación que presupone ir envejeciendo hace que tengamos más necesidad de tratar lo que sea. Antioxidantes, multinutrientes, recuperadores a base de aminoácidos, ácidos grasos, etc. Bueno, todo es poco y la suplementación potencia cualquier tipo de dieta, mejor o peor. En todo caso y por lo que a nosotros nos respecta, hacer una carga de fosfolípidos y de nutrientes específicos para el cerebro siempre es buena idea, más aún en adultos. La mejora viene dada por mayor retención, concentración, agudeza, memoria y velocidad mental. 

Los beneficios no se limitan sólo a aquello que podremos notar a nivel cognitivo. La protección de las células cerebrales y de las neuronas nos van a ayudar a proteger de ciertas enfermedades degenerativas como decía más arriba: Alzheimer, Parkinson, demencia o degeneración cognitiva.

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Ya estamos tocando al mes de octubre. Ya estamos en otoño y el camino hacia el frío invierno se abre paso indefectiblemente como cada año. El otoño tiene sus cosas maravillosas y es ideal disfrutarlo en toda su plenitud. Pero también es época de catarros, alergias estacionales, resfriados y otras patologías relacionadas con el frío y la bajada de defensas. Y como esto ya lo sabemos de cada año (empirismo-observación-sentido común), vamos a dedicar una parte de septiembre a preparar y estimular a nuestro sistema inmunitario para que cuando aparezcan los virus no nos cojan en pelotas.

Niños:En este caso sí podemos trabajar con niños por debajo de los 6 años. Incluso podemos trabajar con niños menores de 3 años. De hecho es muy buena idea trabajar con los más pequeños. Recuerdo cuando llevaba a mis hijos a la guardería (hace ya mucho de eso T_T) y como en septiembre estimulaba sus sistema inmunitario inmaduro. Cuando llegaba octubre todos los niños con mocos y enfermitos y los míos… también, claro, como no. Esto es porque en los niños pequeños, el sistema inmunitario está muy inmaduro y no tienen anticuerpos de casi nada. Es necesario que enfermen, es necesario que tengan fiebre, es necesario que se pongan de todo en la boca. Y esto es así porque hasta los siete años el sistema inmune de un niño no está maduro y debe ir cayendo y enfermando para reforzarlo y madurarlo

No se pierdan en nuestro siguiente artículo vamos a responder la siguiente pregunta: ¿Cómo preparar el invierno en otoño?

Ya sabes, no te quedes con esta info solo para ti, sabes lo mal que se pasa y el bien que le puedes hacer a otras personas. Compártelo, nunca sabes a quién puedes estar ayudando.

Un abrazo!

Pau Elias Mondelo

Naturópata y Coach en Nutrición Ortomolecular

Colegiado Nº 3248 ONC Fenaco